Ir al contenido principal

Entradas

Sirena.

Te extraño tanto Como un pájaro encerrado el volar. Sin ti a mi lado, Se hace más duro el andar. Y cuando más me acerco Tú más te alejas, Como el sol intentado atrapar A una luna escondida en el cielo. Siento en mí una primavera Cuando te veo sonreír, Y un invierno helado Cuando lloras. Me juré a mí mismo ser fuerte, A no llorar, a no mirar atrás. Pero no te puedo olvidar Pues aún embriagas mi mente. Es cruel saber que no estoy contigo, Tampoco sé si algún día lo estaré, Pero cueste lo que cueste Prometo no olvidar lo que hemos vivido. Pues tú eres mi sirena, Y yo un marinero perdido, Que no encuentra el rumbo Para poder estar contigo.
Entradas recientes

Ya partió

Una sombra devoraba todo a su paso, No había lugar donde esconderse, Ya no sentía calor en sus abrazos, Sus besos de arena hacían daño.. Se había el amor perdido por el camino, Como un mapa vacío. Caminaba entre callejones sin sentido Pensando que ya todo estaba perdido. Escuché al silencio hablar de mi Mientras la soledad me acompañaba. ¿Cómo se puede expresar mi sentir? Si perdí en un instante aquello que anhelaba. Observo mi existencia efímera Tras ver como te alejas , Mi alma llora en silencio Pues dentro de sí habita una guerra. El sol cada día parece más grande Y yo parezco tan pequeño. Eres mi existencia, Tú, mi corazón. ¿Y para que vivir? Si ya mi alma murió. Sergio Jesús Villar Santirso.

[ El rincón de los silencios ] - Poesía por Sergio Villar.

El valor de mi vida.

El valor de mi vida. Cargué toda mi vida con mis pecados Como si fuesen una maldición, Pese a que no me queda tiempo Para retractarme de mis actos. Al encadenar mi vida a mis pecados Olvidé de ver el lado bello de las cosas, Podría haberme percatado del color del cielo O de la magnitud del sol. Podría haber conocido el calor de una sonrisa O incluso haber proclamado al mundo Que yo anhelaba tener el amor De aquella joven chica. Debería haberme olvidado de mis errores, Y haber vivido más mi vida. Sergio Jesús Villar Santirso.

No me dejes ir.

No quiero seguir de frente, no. No deseo llegar al final. Allí no hay nada. Nada por lo que amar. No permitas que marche, no. Allí donde no existe la luz, Solo mares oscuros. Tan solo ruego a la vida Poder estar contigo. No quiero coronas, fama ni dinero. Te anhelo a ti. Veo el final, no, se que no lo es. Aún seguirá vivo mi espíritu. No tengo miedo, solo penas Porque allá a donde voy, Se que no estarás tú.

Dolor.

El momento en el que quiebra La última de las piedras. Donde rompe la vida Y acecha la muerte traicionera. Ese instante donde                   Muere La felicidad Y reina el miedo. Observas como todos los sueños Desaparecen colgados de un puente. No somos nada, Tampoco lo fuimos alguna vez. Las palabras pierden peso, El corazón crucificado en silencio, La boca sellada en secreto Y mi alma quebrada. Donde la imaginación corría Ya no es nada; Pensé que el cielo era verde Y me equivoqué. Como la vida se ciñe A un manto  Y en ocasiones es tan grande Que no sabemos correr. La niebla que cubre Creías que no dejaba ver Pero fueron tus ojos Los ciegos. Aquel violín desafinado Que llora solo; El piano que no encuentra                    Lugar. Aquel camino era Una orquesta sin director, Un salón de té Sin anfitrión. El amor se perdió, Jamás supo volver. La sonrisa partió vacía, No había nada que ofr

Pasión entre tus besos

Me enamoras con esos ojos distantes Acechando furtivos buscando mi mirada. Amantes lejanos, pidiendo a gritos un beso, Un beso que enamore, uno muy sincero. Tu cuerpo ardiente, fragua de pasiones de una noche, Tiñe de amor mis palabras desconsoladas. Nos perdimos inocentes ante el paso del tiempo, Tú decías sigue, yo te susurraba te quiero. En un orgasmo nos encontramos, En un delirio nos convertimos. Fuimos esclavos de nuestros cuerpos, Que volaban libres por el cielo. Esa noche nuestras almas callaron Aquello que hicieron nuestras manos. Prometimos siempre querernos, Y por eso mismo yo te amo.